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Memorables recuerdos de un profeta de la cultura


Marco Aurelio Denegri un hombre que se mantuvo de pie a pesar de que la cultura social caía, él nunca perdió las esperanzas que existen personas interesadas en cambiar el país.


  • Por Jeylen Mixan Portocarrero


Marco Aurelio Denegri murió el 27 de julio del 2018 a causa de un enfisema pulmonar.  Fuente fotográfica:  Andina.pe
Marco Aurelio Denegri murió el 27 de julio del 2018 a causa de un enfisema pulmonar. Fuente fotográfica: Andina.pe

Desde de su nacimiento ya conocía su dura misión, que se enfrentaría a una sociedad que se distrae por lo más inepto y poco cultural, cualidades que la política nacional aprovecha al máximo para gobernar de manera ineficiente. Marco Aurelio Denegri Santagadea, periodista, intelectual y conductor de televisión, ese que pocos recuerdan  a pesar de su gran trayectoria y compromiso con la cultura social-peruana.


Destacó principalmente por sus trabajos en al campo de la sexología, crítica literaria y la lingüística, con especialidad en la lexicografía y la gramática. Un hombre con valores morales y éticos se enfrentó a un país que valora poco lo que tiene, pero lo hizo durante tanto tiempo sin agachar la cabeza, sin dar un paso al costado, él siempre estuvo allí perseverante.


Aún muchos recordamos a un hombre que siempre vistió elegante frente a la cámara de televisión, un saco, una corbata y unos lentes que combinaban a la perfección, de mirada constante que parecía como si te vigilara. Amante eterno de los libros, los cuales siempre prevalecían en su mesa de conducción, unas hojas bajo sus delgadas manos tenían algún detalle de un tema relevante, de una crítica o de un análisis con gran contundencia y exactitud. Aquella cabellera que al pasar de los años fue disminuyendo, daba sentido a un rostro memorable que no confundiría por nada, con unas cejas juguetonas durante el movimiento de su boca, hacía su verdadera Función de la palabra.


Antes de emitir un mensaje lo pensaba varias veces y sabía lo que estaba haciendo, hablaba de amor, de sexo, valores, literatura, política y otros tantos temas que marcaron su trascendencia. No se sintió más que nadie, siempre con una humildad que resaltaba, muchos dirán que no lo era porque utilizaba palabras rebuscadas, pero no, esa era la categoría que él maneja por su amplia experiencia y constante lectura. Aún recuerdo su crítica sobre el libro del expresidente Alan García, donde la dedicatoria y el contenido no tenían relación alguna, sino que se perdían como dos enamorados que prometieron amarse por siempre y nunca lo cumplieron.


Noches memorables como para olvidar tanto estilo y elegancia de la cultura andante, hoy simplemente son recuerdos que se pierden con el pasar del tiempo. Pero aún existen las esperanzas que los jóvenes se interesen por algo tan valioso que es el amor a esta patria, y puedan seguir viendo el desplazamiento gramatical de Marco Aurelio Denegri, en Youtube, Facebook o en cualquier otra red.


El rating no fue uno de sus mejores amigos, pero a pesar de todo siempre fue constante y todo el tiempo demostró un verdadero compromiso cultural. Muchas personas cambiaban de canal porque desde la intro su programa en TV PERÚ, ya marcaba la diferencia, dejando de lado lo común y dirigiéndose por un camino que hacía diferente a la televisión; tristemente pocos eran los dichosos que gozaban de la amplia gama de información digna e importante.


Marco Aurelio, un hombre con categoría verbal y una extensidad de conocimiento, marcó siempre un contraste único, aunque su programa no era el más visto, él disfrutaba como si más de los 30 millones de personas le miraban a través de la pantalla, era emocionante cuando expresaba sus sentires, parecía un delfín en el mar.

Tantos recuerdos de las que pueden escribir o hablar, pero no es suficiente para llegar a categorizar, aunque después de su muerte muchos le recordaron y le brindaron un mensaje de despedida; ya de qué sirven los premios cuando ya no los puedes gozar.


Es épica aquella entrevista con César Hildebrandt, dos nobles caballeros que hablaron de televisión, de programas, comportamiento social y tantas otras cosas que de verdad deben interesar, pero simplemente quedó como una transmisión más. Esa fecha tuvo un encuadre perfecto de un país que pierde las esperanzas a cada instancia, de seguro que sí hay vida en el más allá, se repetirá.

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