Marco Aurelio Denegri un hombre que se mantuvo de pie a pesar de que la cultura social caÃa, él nunca perdió las esperanzas que existen personas interesadas en cambiar el paÃs.
Por Jeylen Mixan Portocarrero
Desde de su nacimiento ya conocÃa su dura misión, que se enfrentarÃa a una sociedad que se distrae por lo más inepto y poco cultural, cualidades que la polÃtica nacional aprovecha al máximo para gobernar de manera ineficiente. Marco Aurelio Denegri Santagadea, periodista, intelectual y conductor de televisión, ese que pocos recuerdan a pesar de su gran trayectoria y compromiso con la cultura social-peruana.
Destacó principalmente por sus trabajos en al campo de la sexologÃa, crÃtica literaria y la lingüÃstica, con especialidad en la lexicografÃa y la gramática. Un hombre con valores morales y éticos se enfrentó a un paÃs que valora poco lo que tiene, pero lo hizo durante tanto tiempo sin agachar la cabeza, sin dar un paso al costado, él siempre estuvo allà perseverante.
Aún muchos recordamos a un hombre que siempre vistió elegante frente a la cámara de televisión, un saco, una corbata y unos lentes que combinaban a la perfección, de mirada constante que parecÃa como si te vigilara. Amante eterno de los libros, los cuales siempre prevalecÃan en su mesa de conducción, unas hojas bajo sus delgadas manos tenÃan algún detalle de un tema relevante, de una crÃtica o de un análisis con gran contundencia y exactitud. Aquella cabellera que al pasar de los años fue disminuyendo, daba sentido a un rostro memorable que no confundirÃa por nada, con unas cejas juguetonas durante el movimiento de su boca, hacÃa su verdadera Función de la palabra.
Antes de emitir un mensaje lo pensaba varias veces y sabÃa lo que estaba haciendo, hablaba de amor, de sexo, valores, literatura, polÃtica y otros tantos temas que marcaron su trascendencia. No se sintió más que nadie, siempre con una humildad que resaltaba, muchos dirán que no lo era porque utilizaba palabras rebuscadas, pero no, esa era la categorÃa que él maneja por su amplia experiencia y constante lectura. Aún recuerdo su crÃtica sobre el libro del expresidente Alan GarcÃa, donde la dedicatoria y el contenido no tenÃan relación alguna, sino que se perdÃan como dos enamorados que prometieron amarse por siempre y nunca lo cumplieron.
Noches memorables como para olvidar tanto estilo y elegancia de la cultura andante, hoy simplemente son recuerdos que se pierden con el pasar del tiempo. Pero aún existen las esperanzas que los jóvenes se interesen por algo tan valioso que es el amor a esta patria, y puedan seguir viendo el desplazamiento gramatical de Marco Aurelio Denegri, en Youtube, Facebook o en cualquier otra red.
El rating no fue uno de sus mejores amigos, pero a pesar de todo siempre fue constante y todo el tiempo demostró un verdadero compromiso cultural. Muchas personas cambiaban de canal porque desde la intro su programa en TV PERÚ, ya marcaba la diferencia, dejando de lado lo común y dirigiéndose por un camino que hacÃa diferente a la televisión; tristemente pocos eran los dichosos que gozaban de la amplia gama de información digna e importante.
Marco Aurelio, un hombre con categorÃa verbal y una extensidad de conocimiento, marcó siempre un contraste único, aunque su programa no era el más visto, él disfrutaba como si más de los 30 millones de personas le miraban a través de la pantalla, era emocionante cuando expresaba sus sentires, parecÃa un delfÃn en el mar.
Tantos recuerdos de las que pueden escribir o hablar, pero no es suficiente para llegar a categorizar, aunque después de su muerte muchos le recordaron y le brindaron un mensaje de despedida; ya de qué sirven los premios cuando ya no los puedes gozar.
Es épica aquella entrevista con César Hildebrandt, dos nobles caballeros que hablaron de televisión, de programas, comportamiento social y tantas otras cosas que de verdad deben interesar, pero simplemente quedó como una transmisión más. Esa fecha tuvo un encuadre perfecto de un paÃs que pierde las esperanzas a cada instancia, de seguro que sà hay vida en el más allá, se repetirá.